martes, 20 de mayo de 2008

Una mañana gris en Buenos Aires


Puntualmente, como todas las otras mañanas de este tiempo, el despertador, me invade el vuelo navegado en almohadones, otro sueño inconcluso, que en la proxima noche, volvera a comenzar para morir en la tirania de la chicharra.

Entre las oscuridades, entre los silencios quebrados de una ciudad que despierta, doy la orden a mis piernas, (bastante reacias a obedecerme a estas horas), para que inmediatamente comiencen a llevarme a los caminos.

Por fin, logro derrotar su resistencia, y casi como automata y sin saber como, me encuentro en mi cuarto de baño, frente al espejo, intentando reconocer al que me mira, se que lo conozco, se que alguna vez lo he visto, me da miedo ese rostro sembrado de ojeras y lagañas.

El agua fresca estalla de repente en mi modorra, y es ahi, cuando por fin me reconozco, y me doy una sonrisa, un buenos dias yo, un.....a batallar se ha dicho!!!.

Puntualmente, como todas las mañanas de este tiempo, enciendo el televisor, para enterarme de las mismas noticias que conoci antes de acostarme, un cafe con leche me acompaña, asi, solo, sin pan y sin galletas (mala costumbre la mia) y mientras consumo mi intrascendente banquete mañanero, voy recitando casi de memoria, las palabras del locutor del noticiero.

En muy pocos minutos, dara comienzo, una de las batallas mas duras que un humano haya librado (batalla, que, por otro lado, peleo dia tras dia), despertar a Martin, mi hijo menor, no es tarea para cualquiera, los riezgos son incontables y las secuelas....

Tarea cumplida mis amigos, Martin ya se encuentra junto a mi, tomando su desayuno, quejandose y blasfemando a todo trapo, ya se le pasara....

Puntualmente, como en todas las mañanas de este tiempo, cada uno de los que viven en esta casa, se dirige a sus ocupaciones cotidianas, y la casa va quedando vacia, envuelta indefectiblemente, en un silencio que aturde.

Hoy, no he ido a trabajar, la mañana esta muy gris en Buenos Aires y es imposible transformar la madera bajo la lluvia.

Y aqui estoy, sentado en mi PC, contandoles a ustedes mis momentos.

No suelo hacerlo, pero hoy, simplemente, lo necesitaba.
Posdata: La foto fue tomada por Pablo, mi hijo mayor, quien me ha intimado, bajo amenazas, a que les notifique de su autoria.

7 comentarios:

Mujer en Constante Crecimiento dijo...

¿quién puede imaginarse que nuestras rutinas, aunque nos quejemos, nos resulten aburridas forman parte de nuestra vida? y que sin ellas... llega la melancolia, llegan los pensmaientos.. llega nuestro ser.. expresandose.. hablandonos. y pocas veces queremos escuchar, asi que de vez en cuando dar gracias por la rutina no es tan malo, no crees?

Alma Mia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Don Pepe dijo...

ENTIENDO Y CONCUERDO CON TODO LO QUE DICES, PERO AHUN MAS ENTIENDO A MARTIN Y PERDONO TODAS SUS BLASFEMERIA, UN SALUDO Y ABRAZO

Don Pepe dijo...

HOLA, TE INVITO A VOTAR EN MI BLOG, POR TU CANDIDATA A MISS BLOGGER 2008.

IndeLeble dijo...

Dos cosas amigo , gracias por sus alentadoras palabras , fueron junto a las de Nora , las únicas ...
Segundo no le haga caso al Nightwish, anda algo confuso , además se puso un sobrenombre yankee(será por eso ? )
y despues que bueno es saber mas del otro , no ...Su cotideaneidad , que es la vida misma .
Despues es verdad lo de Rosario , porque yo sí quiero ir y no encuentro con quien , con mi hijo no puedo , él va con sus amigos (salio bueno el muchachito)así que si es cierto me guarda un lugar.
Un abrazote y si Dios quiere con usted nos vamos a conocer !!

Emanuela dijo...

Alejandro, muitas vezes tenho a necessidade de compartilhar com meus amigos de blogs, minha realidade, meu quotidiano e os pensamentos que cruzam minha mente.
A energia destes momentos, parece um ser vivo que está em mim e quer sair para outros...Gostei muito de ler-te e sentir que esta necessidade não existe somente em mim.
Um grande beijinho

Anónimo dijo...

Uf, quien no desea en algún momento cambiar la rutina, pero la marea nos lleva y hay que seguirla, en otras nos deja varada y... bueno...que bueno por que nos ayuda a vernos hacia adentro para tirar algo para afuera y nos da un poquito más de fuerzas para seguir la marea. Entiendo a Martin, el mundo abruma y las blasfemias son buenas para desquitarse. Muy bueno lo de Pablo,corresponde, es su derecho de autor.
Un abrazo grande y ánimo, todos los días no son iguales, aunque lo parezcan.
Sabina.